SAL GORDA: COCINA DE AUTOR EN LA ALFALFA

Sal Gorda. Este nombre está en boca de muchos sevillanos y turistas que buscan experiencias gourmet. Situado en la Alfalfa, este pequeño rincón de tapas para el público exigente puede alabarse de un local lleno y una larga lista de espera. Hemos organizado una visita espontánea a este restaurante de tapas modernas para descubrir la razón de por qué Sal Gorda es un sitio tan recomendado para comer en Sevilla.

Noche de viernes. Las dos plantas del local están llenas, incluido la terraza. A pesar de que la noche esta fresca, hemos decidido coger la mesa fuera para pasar un poco adelante en la lista de espera. Desde la calle el local parece bastante pequeño y no destaca en el diseño de su interior.

 

La carta es amplia con muchas cosas y detalles que llaman la atención. Sal Gorda destaca con sus tapas de autor, que están cuidados hasta el último detalle. No sirven medias, ni raciones, por lo tanto, parece un sitio bastante caro, pero en realidad está bastante asequible ya que viene bien por la cantidad de comida. La carta de vinos puede sorprender, ya que ofrece muchas opciones de la tierra, además de reconocidos D.O.

 

En general, desde el primer minuto el local da una buena impresión, aunque de nosotros no han podido escapar un par de detalles negativos. Primero, algunos de los platos que sirven para los comensales están dañados, es decir, tienen astillas. Parece un detalle tonto, sin mucha importancia, pero cuando un establecimiento pretende ser una referencia entre los restaurantes gourmet, todo cuenta.

 

Otra pega para poner es ausencia de calefacción en una parte de la terraza. De modo que, el local trata de tener más capacidad, pero descuida de la experiencia de algunos de sus comensales, especialmente durante la temporada de frío.

Volviendo a la cocina, Sal Gorda es un sitio que merece la pena visitar unas cuantas veces para descubrir todas sus joyas gastronómicas. Lo que podemos recomendar absolutamente seguro es tartar de atún y arroz con langostinos tigre y setas de temporada.

 

El tartar nos sorprendió con su sabor muy marcado, pero equilibrado. Es un plato capaz de convencer los paladares más exquisitos, muy recomendable para las personas que quieren probar este tipo de pescado crudo por primera vez.  

 

El arroz viene fuera de carta y ha sido nuestra alternativa de risotto que pedimos en todos los locales. Es un plato bastante abundante por la cantidad de ingredientes, que está bastante lejos de lo que imaginas cuando piensas sobre un arroz con langostinos. Tiene un punto crujiente, que juega en perfección con las texturas de las setas y verduras, y acompaña los langostinos con un toque de especias. ¡Una experiencia inesperada!

La carillera ibérica y dorada con ajoblanco y fruta de temporada son platos que nos gustaron, pero no bastante para destacarlos. La carillera es una buena versión de una receta clásica que seguramente va a gustar a los amantes de este plato, pero no sorprende. La dorada tiene su chispa en la parte de presentación, pero a la hora de comer decepciona con la carne un poco seca y el sabor ahumado que hace sombra a todo lo demás.

 

Para terminar la velada, preguntad por la carta de postres. Es bastante amplia y tiene tanto opciones muy habituales en los establecimientos sevillanos, como unas variantes que atraen mucho la atención por su originalidad. Esta vez hemos decidido ir más allá de los postres clásicos y optar por Milhojas de chantilli. Un dulce bastante simple, pero muy bien elaborado con un sabor inolvidable.

Sugerencias:

?Ensalada de la casa – 7,00 €

?Risotto de Boletus y Langostinos – 4,50 €

?Canelones de Ropa Vieja – 4,20 €